"Hiroshima, mon amour (Francia-1959)
Director: Alan Resnais (1922- )
Writer: Marguerite Duras
Stars: Emmanuelle Riva – Eiji Okada
“Hay que evitar pensar en las dificultades que pone el mundo, porque si no, sería completamente irrespirable”
Esta cinta nos introduce en un mundo muy conocido para casi todos, el del amor, y al tiempo en uno desconocido para muchos pero que igual al amor, va dejando huellas casi insuperables donde sólo la imaginación permitida por la condición mental de la consciencia e inconsciencia lleva tanta alegría o tristeza como solo un ser humano se lo permite, y esto es en pocas palabras, ilimitado.
Las intenciones de Resnais parecían claras, luego vino la cuestión de por qué no hacer un film donde se nos mostraran los lados más luminosos y oscuros de nuestra naturaleza, aquellos en los que entregar la vida mostrando toda vulnerabilidad por un momento de entendimiento, de conexión, de cercanía y de aceptación con otro par eran al tiempo, opacados por el opuesto sin sentido de quitarle ese espacio de existencia, desaparecerlo, quemar y eliminar casi todo rastro de su diferencia, esa diferencia que también se vuelve sublime en formas malvadas; y estos momentos son logrados para la época, de una forma excelente.
Nos muestra con dos brillantes actuaciones en las que las ansias se vuelven evidentes, unas ansias de diferencia, de despertar, de cambiar realidades, de mudarse a otra galaxia mental en la que caer en el pecado, la infidelidad, en el adulterio es encontrarse con la verdad, la tristeza por un amor perdido de ‘Nevers’ y su deseo siempre de huir donde sus imposibles puedan ser, mientras un ‘Hiroshima’ que obligado a quedarse en un espacio donde tanta cruel historia debe soportar, debe cargar con el peso de haberse casado en ese sitio que desea trasladar al otro lado del mundo, y se convierte para los dos, en el punto de encuentro perfecto donde pueden ser sus yo verdaderos por unos instantes de su vida, y que mañana deberán olvidar por el miedo a la perdición.
Es el manejo de los flasbacks como documental lo que nos recuerda el resultado de la guerra y como en la escena inicial un plano detalle nos deja ver con ese sudor, polvo y arena encima, cómo a pesar de los recuerdos dolorosos más agudos pueden coexistir las pieles de dos seres diferentes. La película es separada en dos partes, una es la consumación y otra la pérdida, un montaje excelente que va entorno a una soledad absurda y lo demuestra con un travelling de ‘Nevers’ caminando por una ciudad hecha para el amor y olvidada por su anterior destino, ser destruida por el odio.
La película transcurre con diálogos que rayan la poesía, con frases como “he luchado por mi cuenta con todas mis fuerzas, contra el horror de ya no entender la necesidad de acordarse”, mientras nos enseña imágenes poéticas como el de unas plantas creciendo sobre la devastación, mientras un libro cuya portada reza: PAZ se encuentra en el olvido.
Así nuestros protagonistas por mucho que se deseen y se amen y confíen el uno en el otro, no hayan la paz, no hayan sino el deseo de recordar y al tiempo olvidar, para soportar la idea de entender que la vida no tiene sentido sin la memoria, y es esa memoria al tiempo la que puede hacer desear la muerte, un deseo resumido en una frase: “devórame, defórmame a tu imagen, para que nadie después de ti, entienda el por qué de tanto deseo”, planos medios y detalle en las miradas, palabras que no necesitan decirse y por favor, desde el comienzo una música que nos va marcando el ritmo de las emociones acordes para esos momentos. Pareciera que la película fuera un silencio, pero si se escucha bien ahí está y no es tu mente lo que hace la música, se fusiona perfectamente y no damos cuenta." Por Germán Dario Chaparro Ortiz U00081133
No hay comentarios:
Publicar un comentario